martes, 5 de junio de 2012

Truchas Fario a Mosca en Lago

Hace algunos años practicando mountain bike con unos amigos fuimos a hacer una ruta que terminaba en un pequeño lago de la comunidad de Castilla y león, de cuyo nombre no quiero acordarme, como pescador habia oido hablar de el pero nunca habia tenido la oportunidad de pescar en sus aguas. La temporada estaba cerrada por aquel entonces y en el lago tranquilo pude observar alguna trucha de buen tamaño merodeando a flor de agua. Desde aquel momento siempre ha estado en mi mente visitarlo algun dia con la caña en la mano y disfrutar de la belleza que lo rodea e intentar capturar alguna gran trucha fario salvaje de este lago.




Pues bien ese dia habia llegado, por fin me decidiria a viajar hasta ese lugar, que recordaba como un paraíso. Después de conducir varias horas llegue a la zona y me prepare para subir al lago, en el chaleco, ademas de todo lo de pesca, un pantalón largo y un forro polar, son las dos de la tarde hay mas de 25 grados, pero en estos lagos de alta montaña el tiempo puede cambiar en un momento y cuando el sol se esconde la temperatura puede bajar mas de 10 grados de golpe e ir descendiendo a medida que oscurece, o se  nubla y hacer que pasemos un mal rato.




Con todo preparado inicio mi ascenso en una subida corta pero intensa y después de no mucho llego al lago, esta igual que lo recordaba, durante unos instantes observo todo lo que me rodea, sin duda la naturaleza hizo aquí una gran obra maestra. Sin mas preámbulos empiezo a cacear por la orillas observando todo con calma, intentando detectar algo que me indique la presencia de alguna trucha, cuando llego a una zona donde las ramas de los arboles cuelgan sobre el agua, veo una trucha de buen tamaño que patrulla la superficie en busca de comida, la orilla esta llena de obstáculos y vegetación de la montaña muy pegada a mi espalda que dificulta mucho el lance.


 Busco un punto en el que pueda hacer un lance lateral y que ademas me permita sacarla cómodamente si llegara a clavarla, ya que el terreno es bastante escarpado, de momento es la primera que he visto y hay que intentar asegurarla, así que, debidamente colocado,espero el momento justo y lanzo suavemente una stimulator en su trayectoria, cuando la trucha llega su altura sube confiada, se la come, espero un momento y a continuación clavo, la trucha empieza a saltar y metiendo la cabeza en el agua empieza a ganar fondo hacia lo profundo del lago, después de varios minutos, empieza a emerger y puedo controlarla, sobre una piedra logro ensalabrarla mas o menos agusto, es una trucha muy gorda con una gran garganta para engullir todo lo que pueda en los pocos meses que tiene para alimentarse, como siempre después de hacerla unas fotos y admirar su librea, la soltamos y dejamos que siga en su lago, su hogar.



A media tarde el aire hizo acto de presencia troncando el resto de la jornada de pesca y haciendo bajar la temperatura drasticamente lo cual hizo que las truchas desaparecieran.
Encantado por el lugar y sus peces decidí dormir muy cerca del lago y a la mañana siguiente despertarme al alba para intentar capturar alguna mas al amanecer, momento por el que tengo una especial predilección en este tipo de escenarios, ya que las temperaturas van en ascenso en lugar de descenso como sucede al atardecer, y las truchas grandes se suelen mostrar mas activas acercándose a las orillas.


Nada mas salir el primer rayo de luz me levante y una vez en el lago fui examinado la orilla en busca de aletas, cebadas o algún movimiento extraño que delatara alguna gran trucha, después de unos cientos de metros de orilla recorridos llego a la desembocadura de un pequeño arroyo en el lago que mezcla zonas de algas, cieno y vegetación sumergida con una gran roca que llama mi atención, no pasan ni dos minutos cuando una turbulencia muy cerca de la orilla me pone en alerta y centro todos mis sentidos en esa zona, el agua esta oscura, como un espejo que no me deja ver nada con claridad, de repente en la superficie a un metro de la orilla sobresale una aleta y la punta de una cola, es una gran trucha que esta nifeando como si de un barbo se tratara en 20cm de agua, al haber tan poca profundidad y para no asustarla pruebo con una stimulator negra y roja, la lanzo mas o menos un poco por delante de donde creo que tiene la cabeza, ya que la punta de la aleta me indica la dirección en la que esta orientada la trucha y por la distancia que hay entre la cola y la aleta puedo calcular el largo de esta. Nada mas caer la mosca, bajo ella se hace una turbulencia que me hace perderla de vista, pero ante el temor a asustarla y no estar seguro de que la haya tomado no clavo y observo que el hilo no se mueve, si cometo un solo error se asustara y perderé mi oportunidad, entonces saco y cambio de mosca pongo otra stimulator de otro color y espero a volver a localizarla, al cabo de unos minutos aparece otra vez esa gran aleta llena de pintas negras y vuelvo a lanzar poniendo la mosca delante de su cabeza, esta vez no muestra interés y sumerge la aleta para desaparecer otra vez. Controlando los nervios cambio de mosca y coloco una ninfa parecida a una pequeña oruga que suelo usar para los barbos en este tipo de situaciones, que se hunde muy lento y casi no golpea el agua al caer, hay muy poca profundidad, el fondo lleno de hiervas no facilita mucho las cosas a la hora de trabajar con las ninfas.
 Ansioso espero agazapado tras una roca esperando que vuelva a aparecer, después de mas de 15 minutos mis ilusiones se empiezan a frustrar, de repente una pequeña punta vuelve a emerger sutilmente sobre la superficie, esta vez mucho mas pegada a la orilla que antes, me aseguro de donde tiene la cabeza y lanzo la ninfa un par de metros por delante de ella para que no se asuste cuando esta caiga en el agua, entonces la arrastro suavemente por la superficie hasta llevarla donde esta situada la trucha y dejo que se sumerja delante suyo, otra vez una turbulencia y un movimiento, esta vez me indican que la trucha se ha comido la ninfa ya que observo como el hilo se mueve, sin pensarlo mas clavo y una enorme cabeza emerge y empieza a agitarse revolviendo el agua y haciendo un estruendo que se oye en todo el lago, hasta ese momento en silencio total, la trucha no tiene agua y debido a su tamaño le cuesta darse la vuelta, lo cual aprovecho para sujetarla y llevarla a menos agua dando cabezazos, si se da la vuelta seguramente la perderé, ya que en el fondo hay muchas algas, palos y rocas, así que me la juego y la sigo sujetando mientras sigue dando cabezazos dentro y fuera del agua frenéticamente. Después de unos minutos eternos, la trucha deja de cabecear exhausta y la voy arrastrando a la orilla poco a poco hasta dejarla varada para poder cobrarla sin problemas.


 Es una gran trucha fario de lago salvaje, con un cabezón inmenso y una boca poderosa, de mandíbula robusta y fuerte, que me tiene embelesado durante unos momentos, enseguida le hago unas fotos sobre la hierva y sin perder tiempo procedo a reanimarlo en el agua, ha sido una pelea corta pero intensa y estas truchas grandes, en realidad son ancianos, su recuperación es mucho mas delicada con lo cual no debemos perder mucho tiempo en devolverlos al agua y tratarla con sumo cuidado si no queremos que se nos muera.


Después de oxigenarla un poco, disfrutando ademas de la magia que se respira en este lugar en un momento como este, la trucha se recupera enseguida, puedo ver como se marcha y se pierde en la profundidad del lago lentamente, mientras mi mirada se sumerge con ella y mi pensamiento le dice hasta pronto...

























Por una pesca responsable y sostenible...                

CAPTURA Y SUELTA.

J. Peña.


No hay comentarios:

Publicar un comentario